Ahora las guerras se libran en Internet. Por: @Indiferencia
Por: Enrique Vásquez @Indiferencia
Recuerdo que en los 80s se decía de que la tercera mundial guerra sería nuclear y nos destruiríamos unos a otros dejando como únicas sobrevivientes a las cucarachas, en un mundo gris y hostil para los humanos debido a la lluvia ácida y a la radiación.
Sin embargo, 20 años después de la caída del muro de Berlín y con la llegada del Internet de banda ancha (muy ancha en algunos casos), así como también la posibilidad de estar conectados en cualquier lugar donde estemos desde nuestro teléfono inteligente o las tablets, el planeta cambió.
Con un Facebook a punto de llegar a mil millones de usuarios y el Twitter cada vez más posicionado como medio natural para enterarse en tiempo real de lo que sucede en cualquier parte del globo terráqueo, gran parte de la humanidad hace su vida online, conversando, compartiendo imágenes, videos, noticias e información de toda índole (e incluso música, películas y software de manera legal e “ilegal”); lo que convierte a la red en el medio natural para que se generen las nuevas luchas de poder entre los gobiernos y aquellos que no están de acuerdo con sus políticas.
Ciberterrorismo es un término que se puso de moda en el 2011 y que probablemente escucharemos más a menudo durante este año que recién comienza; especialmente después de los eventos del 18 y 19 de enero.
El 18 de enero se dio una protesta contra las leyes SOPA y PIPA que están en discusión en el Congreso de los EEUU y que podrían desembocar en una censura de Internet a nivel global, con el posible resultado de que la red nunca vuelva a ser como la conocimos y se ponga punto final la libertad que la ha caracterizado desde su nacimiento (al menos en los países más democráticos, porque en China, Irán, Corea del Norte, Cuba y otros la censura muy férrea por parte de los gobiernos).
Al día siguiente, el FBI cerró Megaupload y apresó a varios de sus empleados. Se trata de uno de los sitios de descargas más importantes del mundo, que contaba con más de mil millones de usuarios y que a su vez era responsable del 4% del tráfico de Internet a nivel mundial. La medida trajo como consecuencia protestas en Redes Sociales y blogs de todo el planeta, por parte de los usuarios quienes estaban sorprendidos e indignados.
La respuesta no se hizo esperar. Anonymous, una red de ciberactivistas no identificados que ya el año pasado hizo de las suyas atacando sitios webs y robando datos de usuarios; enfocó su artillería contra las páginas del gobierno norteamericano tumbando las del FBI y el Departamento de Justicia; así mismo dejó inaccesibles las de Universal Music y Recording Industry Association of America, dando el primer paso a una guerra cibernética que no tendrá fin próximamente, pues es muy probable que los organismos de inteligencia de los EEUU comiencen a rastrear, apresar y encarcelar (por nada más y nada menos que terrorismo) a miembros de esta red y, por consiguiente, ellos volverán a atacar, creándose un círculo sin fin en el que la red será el nuevo campo de batalla.
Por ahora, sólo nos queda seguir protestando desde nuestras trincheras por una Internet libre tal como ha sido desde siempre y como debe ser.
Enrique Vásquez
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